CONFLICTOS EN NUESTRO SISTEMA NACIONAL DE SALUD
- 0 Coments
- 22/03/2025
- by Marketers Group
- Leave a comment
¿CONFLICTO ENTRE MÉDICOS Y PACIENTES?
Nos hemos dotado aquí, de un magnífico sistema público de salud pero algo sucede que alarma. Para elegir un aspecto particularmente negativo, ¿cómo nos explicamos las agresiones al personal sanitario? Uno de nosotros ha estado ingresado en un hospital, durante 50 días por enfermedad, en los que ha podido observar una crítica bastante generalizada hacia los profesionales. Las críticas se dirigen en especial a la falta de tiempo con que son atendidos; los médicos dedican, comentan, más atención al ordenador que a visitarles.
De hecho es frecuente en la mayoría de profesiones públicas, aparte de la Medicina, que el receptor de la atención entra en una situación muchas veces desagradable, siente que casi estorba. Al respecto nos llamó la atención que una abogada regañó a sus subalternos/as porque se quejaban de la pesadez que representaban las personas a las que atendían. “Cuidado, les advirtió, que estos “pesados/as” nos alimentan a cambio de nuestro servicio”.
Un paciente con cáncer de próstata nos dijo que había llegado a la conclusión de que los médicos odian a los pacientes.
Freud, el insigne psiquiatra, cuando psicoanalizaba a sus alumnos, les cobraba. Lo que escandalizaba a muchos. Freud aducía que en la sociedad de consumo en la que vivimos, solo tiene valor lo que hay que pagar. Cuando se nos da algo que no pagamos directamente, en el momento del acto recibido, pensamos que aquello no debe tener valor alguno o lo tiene escaso, sin que pensemos si, aparte del valor individual hay el valor colectivo.
Y esta es la clave que hay que explicar: en nuestro sistema de salud seguimos en parte un modelo de justicia distributiva. En efecto el valor colectivo de nuestro sistema de salud consiste en que aquello que nos parece regalado, por tanto sin aparente valor económico, es aportado por toda la sociedad. Pero nos da la sensación, equivocada, que aquello debe valer poco, ya que, aparentemente, no lo pagamos, lo recibimos de todos a los que, a su vez cada uno de nosotros aporta.
¿Pensáis en la angustia en países sin servicio público colectivo de salud? Pensad, por ejemplo, en el coste de los tratamientos. Añadid a la angustia de la enfermedad la de cuanto y como pagar individualmente.
Sigamos gozando de nuestros sistemas públicos, conservémoslos, mejorémoslos, pero que no nos lo supriman los que pregonan supuestos paraísos.