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MIEDO A LA RECAÍDA. Noticia 30/31, octubre, mes del cáncer de mama

 

El cáncer es una enfermedad que deja secuelas más allá de lo físico y visible. Tiene repercusiones a nivel psicológico y de calidad de vida. En cáncer de mama, además, nos hallamos ante un añadido que es los efectos en la autoimagen y autoestima de la mujer. Por suerte hoy en día la amputación total del pecho no es siempre necesaria, pero aún con métodos conservadores siguen hallándose problemáticas en este sentido. En FEFOC lanzamos un estudio para ver las problemáticas de las supervivientes con cáncer de mama. Muchos datos de los que disponemos provienen de otros países. Esto nos da una guía pero es importante disponer de datos propios, pues las repercusiones psicosociales ante el cáncer están muy impregnadas de la cultura de cada país. Después de varias reuniones con pacientes y de recoger testimonios en internet, elaboramos una encuesta propia, para determinar qué problemas sufrían las pacientes, una vez acabado el tratamiento. En este cuestionario se han incluido aspectos relacionados con problemas más de tipo práctico (laborales, problemas derivados del linfedema así como cambios en las relaciones y a nivel psicológico).

 

Un dato que apareció pronto fue que el problema más señalado por estas mujeres (que habían acabado el tratamiento, al menos 6 meses antes de la encuesta) era el miedo a la recaída. En nuestros datos se cifra en el 80%. Coincidimos con trabajos hechos por otros autores en otros países. Es lo que se denomina el síndrome de la Espada de Damocles, incluso en las pacientes con buen pronóstico. Esto da luz a la necesidad de un abordaje psicológico en las pacientes con cáncer de mama. La potencia emocional de haber vivido la experiencia del cáncer es algo a tener en cuenta en la recuperación de estas mujeres. Tenemos que señalar que algunas de las encuestadas llevan casi 30 años como supervivientes del cáncer de mama. El hecho de señalar el problema de miedo a la recaída no necesariamente se asocia a los años de supervivencia, por lo que es importante no banalizar este problema aún en largas supervivientes.

 

El miedo a la recaída es un tema de gran interés pues determina mucho la adaptación de la mujer superviviente de cáncer de mama. Diversos estudios tratan de determinar la diferencia entre este problema y la ansiedad. La relación es indiscutible, pero es cierto que ansiedad puede ser algo que se da en otros tipos de situaciones, mientras el miedo a la recaída tiene unas connotaciones muy relacionadas con la vivencia del cáncer. De hecho, los desencadenantes de altos niveles de miedo a la recaída se han hallado muy relacionados con situaciones directamente implicadas con el cáncer. En este sentido se ha determinado que lo que más puede desencadenar este miedo es la cercanía con las visitas de control. No obstante, otros desencadenantes son: sentir una molestia corporal, ver noticias sobre alguien famoso que padece cáncer o que ha muerto por esta dolencia, oír hablar de cáncer, o saber que alguien del entorno más o menos cercano está diagnosticado de cáncer. Todo esto puede ser coherente con la experiencia de la mujer, pero si es demasiado intenso puede reducir las posibilidades de que intente llevar una vida normal, pues sienten muy de cerca la fragilidad de la vida lo que les impide disfrutarla. También puede hacer que la mujer sea menos capaz de intentar volver a algunas actividades laborales y/o de ocio y de relaciones y en casos muy extremos, puede hacerla excesivamente preocupada y vigilante de su cuerpo (palpándose bultos y cambios constantemente) y consultar en todo momento al equipo sanitario. Por el contrario, algunas mujeres, si experimentan demasiado miedo, con tintes de ansiedad, pueden evitar las visitas por miedo a que les confirmen que la enfermedad se ha reproducido.

 

Diversos grupos están haciendo programas de tratamiento psicológico y desde FEFOC estamos iniciando también proyectos en este sentido.

 

 

 

 

MIEDO A LA RECAÍDA. Noticia 30/31, octubre, mes del cáncer de mama

 

El cáncer es una enfermedad que deja secuelas más allá de lo físico y visible. Tiene repercusiones a nivel psicológico y de calidad de vida. En cáncer de mama, además, nos hallamos ante un añadido que es los efectos en la autoimagen y autoestima de la mujer. Por suerte hoy en día la amputación total del pecho no es siempre necesaria, pero aún con métodos conservadores siguen hallándose problemáticas en este sentido. En FEFOC lanzamos un estudio para ver las problemáticas de las supervivientes con cáncer de mama. Muchos datos de los que disponemos provienen de otros países. Esto nos da una guía pero es importante disponer de datos propios, pues las repercusiones psicosociales ante el cáncer están muy impregnadas de la cultura de cada país. Después de varias reuniones con pacientes y de recoger testimonios en internet, elaboramos una encuesta propia, para determinar qué problemas sufrían las pacientes, una vez acabado el tratamiento. En este cuestionario se han incluido aspectos relacionados con problemas más de tipo práctico (laborales, problemas derivados del linfedema así como cambios en las relaciones y a nivel psicológico)..

 

Un dato que apareció pronto fue que el problema más señalado por estas mujeres (que habían acabado el tratamiento, al menos 6 meses antes de la encuesta) era el miedo a la recaída. En nuestros datos se cifra en el 80%. Coincidimos con trabajos hechos por otros autores en otros países. Es lo que se denomina el síndrome de la Espada de Damocles, incluso en las pacientes con buen pronóstico. Esto da luz a la necesidad de un abordaje psicológico en las pacientes con cáncer de mama. La potencia emocional de haber vivido la experiencia del cáncer es algo a tener en cuenta en la recuperación de estas mujeres. Tenemos que señalar que algunas de las encuestadas llevan casi 30 años como supervivientes del cáncer de mama. El hecho de señalar el problema de miedo a la recaída no necesariamente se asocia a los años de supervivencia, por lo que es importante no banalizar este problema aún en largas supervivientes.

 

El miedo a la recaída es un tema de gran interés pues determina mucho la adaptación de la mujer superviviente de cáncer de mama. Diversos estudios tratan de determinar la diferencia entre este problema y la ansiedad. La relación es indiscutible, pero es cierto que ansiedad puede ser algo que se da en otros tipos de situaciones, mientras el miedo a la recaída tiene unas connotaciones muy relacionadas con la vivencia del cáncer. De hecho, los desencadenantes de altos niveles de miedo a la recaída se han hallado muy relacionados con situaciones directamente implicadas con el cáncer. En este sentido se ha determinado que lo que más puede desencadenar este miedo es la cercanía con las visitas de control. No obstante, otros desencadenantes son: sentir una molestia corporal, ver noticias sobre alguien famoso que padece cáncer o que ha muerto por esta dolencia, oír hablar de cáncer, o saber que alguien del entorno más o menos cercano está diagnosticado de cáncer. Todo esto puede ser coherente con la experiencia de la mujer, pero si es demasiado intenso puede reducir las posibilidades de que intente llevar una vida normal, pues sienten muy de cerca la fragilidad de la vida lo que les impide disfrutarla. También puede hacer que la mujer sea menos capaz de intentar volver a algunas actividades laborales y/o de ocio y de relaciones y en casos muy extremos, puede hacerla excesivamente preocupada y vigilante de su cuerpo (palpándose bultos y cambios constantemente) y consultar en todo momento al equipo sanitario. Por el contrario, algunas mujeres, si experimentan demasiado miedo, con tintes de ansiedad, pueden evitar las visitas por miedo a que les confirmen que la enfermedad se ha reproducido.

 

Diversos grupos están haciendo programas de tratamiento psicológico y desde FEFOC estamos iniciando también proyectos en este sentido.

 

 

 

MIEDO A LA RECAÍDA. Noticia 30/31, octubre, mes del cáncer de mama

 

El cáncer es una enfermedad que deja secuelas más allá de lo físico y visible. Tiene repercusiones a nivel psicológico y de calidad de vida. En cáncer de mama, además, nos hallamos ante un añadido que es los efectos en la autoimagen y autoestima de la mujer. Por suerte hoy en día la amputación total del pecho no es siempre necesaria, pero aún con métodos conservadores siguen hallándose problemáticas en este sentido. En FEFOC lanzamos un estudio para ver las problemáticas de las supervivientes con cáncer de mama. Muchos datos de los que disponemos provienen de otros países. Esto nos da una guía pero es importante disponer de datos propios, pues las repercusiones psicosociales ante el cáncer están muy impregnadas de la cultura de cada país. Después de varias reuniones con pacientes y de recoger testimonios en internet, elaboramos una encuesta propia, para determinar qué problemas sufrían las pacientes, una vez acabado el tratamiento. En este cuestionario se han incluido aspectos relacionados con problemas más de tipo práctico (laborales, problemas derivados del linfedema así como cambios en las relaciones y a nivel psicológico)..

 

Un dato que apareció pronto fue que el problema más señalado por estas mujeres (que habían acabado el tratamiento, al menos 6 meses antes de la encuesta) era el miedo a la recaída. En nuestros datos se cifra en el 80%. Coincidimos con trabajos hechos por otros autores en otros países. Es lo que se denomina el síndrome de la Espada de Damocles, incluso en las pacientes con buen pronóstico. Esto da luz a la necesidad de un abordaje psicológico en las pacientes con cáncer de mama. La potencia emocional de haber vivido la experiencia del cáncer es algo a tener en cuenta en la recuperación de estas mujeres. Tenemos que señalar que algunas de las encuestadas llevan casi 30 años como supervivientes del cáncer de mama. El hecho de señalar el problema de miedo a la recaída no necesariamente se asocia a los años de supervivencia, por lo que es importante no banalizar este problema aún en largas supervivientes.

 

El miedo a la recaída es un tema de gran interés pues determina mucho la adaptación de la mujer superviviente de cáncer de mama. Diversos estudios tratan de determinar la diferencia entre este problema y la ansiedad. La relación es indiscutible, pero es cierto que ansiedad puede ser algo que se da en otros tipos de situaciones, mientras el miedo a la recaída tiene unas connotaciones muy relacionadas con la vivencia del cáncer. De hecho, los desencadenantes de altos niveles de miedo a la recaída se han hallado muy relacionados con situaciones directamente implicadas con el cáncer. En este sentido se ha determinado que lo que más puede desencadenar este miedo es la cercanía con las visitas de control. No obstante, otros desencadenantes son: sentir una molestia corporal, ver noticias sobre alguien famoso que padece cáncer o que ha muerto por esta dolencia, oír hablar de cáncer, o saber que alguien del entorno más o menos cercano está diagnosticado de cáncer. Todo esto puede ser coherente con la experiencia de la mujer, pero si es demasiado intenso puede reducir las posibilidades de que intente llevar una vida normal, pues sienten muy de cerca la fragilidad de la vida lo que les impide disfrutarla. También puede hacer que la mujer sea menos capaz de intentar volver a algunas actividades laborales y/o de ocio y de relaciones y en casos muy extremos, puede hacerla excesivamente preocupada y vigilante de su cuerpo (palpándose bultos y cambios constantemente) y consultar en todo momento al equipo sanitario. Por el contrario, algunas mujeres, si experimentan demasiado miedo, con tintes de ansiedad, pueden evitar las visitas por miedo a que les confirmen que la enfermedad se ha reproducido.

 

Diversos grupos están haciendo programas de tratamiento psicológico y desde FEFOC estamos iniciando también proyectos en este sentido.

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