Noticias

La actividad física continuada es básica para mantener un adecuado equilibrio entre el número de calorías consumido y el de calorías usadas. De lo cual se deduce que si el balance es negativo, es decir, si se consumen menos calorías que las que se utilizan, el organismo se orienta hacia la retención de grasas y la temible obesidad.

Respecto a Oncología, nada menos que hasta 11 cánceres se han relacionado con la obesidad. Y que, por el contrario, otras evidencias vienen a mostrar que la actividad física puede disminuir el riesgo de padecer diversos cánceres.

 

Cáncer y actividad física

 

Niveles elevados de actividad física disminuyen el riesgo de diversos cánceres:

Según datos del INC (Instituto del Cáncer Norteamericano) destacan los siguientes:

  • Cáncer de colon: Es uno de los más estudiados en relación a la actividad física. En el año 2009 se valoraron 52 estudios en los que se examinó la posible relación entre actividad física y cáncer de colon. Se observó que los individuos más activos físicamente tenían un 24% menos de riesgo de desarrollarlo que los menos activos.

Otros 12 estudios valoraron la misma relación, pero en individuos que realizaban actividad física para mantener su salud y también se observó una importante reducción del 16% menos de riesgo de cáncer de colon comparados con los menos activos. También los físicamente activos tienen menos pólipos en el colon que los menos activos. Pólipos que muchas veces preceden el cáncer de colon.

  • Cáncer de mama: Muchos estudios apoyan también el efecto beneficioso de un 12% de reducción en el riesgo de tener cáncer de mama. Este efecto es más notable en mujeres posmenopáusicas que en premenopáusicas,, incluso si las mujeres inician su actividad física después de la menopausia.

 

  • Cáncer de endometrio (cuerpo de útero): De la valoración de 33 estudios se obtuvo una reducción del 20% en el riesgo de este cáncer. En este caso, se pensó que podía contribuir a esta disminución la de la obesidad en las mujeres físicamente activas, puesto que la obesidad es un factor ya reconocido de riesgo para esta enfermedad.

 

  • Otros cánceres: La evidencia es menos concluyente, pero en un estudio sobre actividad física en un millón de personas se observó disminución del riesgo de desarrollar adenocarcinoma de esófago, cáncer de hígado, estómago (cardias, un tipo de cáncer de estómago), riñón, leucemia mieloide, mieloma, cáncer de cabeza y cuello, de recto y de vejiga urinaria.

 

  • El caso del cáncer de próstata: Una reciente investigación dirigida por la Escuela de Salud Pública de Harvard sugiere que el ejercicio físico puede modificar positivamente la gravedad de la enfermedad si esta se producía. En efecto, los hombres que se dedicaban con mayor frecuencia a la actividad física intensa a lo largo del estudio tenían un 30% menos de riesgo de desarrollar cáncer de próstata avanzado y 25% menos de desarrollar cáncer de próstata letal comparados con los hombres menos activos.

 

¿Cómo la actividad física disminuye el riesgo de cáncer?

 

La actividad física ejerce una serie de cambios biológicos en el organismo que explicarían en parte este efecto:

El ejercicio físico disminuye el nivel de ciertos factores de crecimiento (que estimulan el desarrollo celular) y de hormonas como insulina y estrógeno.

  • Prevención de la obesidad y de sus efectos dañinos.
  • Disminuyendo la inflamación crónica.
  • Mejorando el funcionamiento del sistema inmunitario defensivo del organismo.
  • Mediante cambios en el metabolismo (el de los ácidos biliares) y acelerando el tránsito digestivo de los alimentos.

 

 

Deja un comentario