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Definimos el cribaje como las campañas públicas de gran escala, que se llevan a cabo en personas sanas, sin ni siquiera síntomas, con la intención de detectar la posible presencia de un CP oculto y muy inicial.

El objetivo fundamental de dichas campañas es la de reducir la mortalidad por CP, mediante su detección precoz y su tratamiento inmediato. Las campañas permiten seleccionar a las personas sospechosas de padecerlo; sospecha que, por supuesto, debe ser confirmada mediante la biopsia.

Pero un requisito para poner en marcha una campaña de cribaje, muy costosas y con problemas que mencionaremos un poco más adelante, es disponer de una prueba casi perfecta (en cierta manera, como la mamografía en mujeres). En CP disponemos solo del llamado PSA (del que también hablaremos en el apartado dedicado al diagnóstico del CP). Adelantemos ahora que el PSA es una proteína producida por la próstata, que se encuentra en su mayoría en el semen y en una pequeña porción, en la sangre. Es el marcador del crecimiento de la próstata. Pero no solo se eleva cuando hay un CP, sino también por otros motivos no oncológicos (aumento benigno de la próstata, infecciones o maniobras sexuales).

Pero, en la actualidad hay un gran debate sobre su utilidad en el cribaje. Muchos se preguntan sobre la efectividad real del cribaje en hombres sin síntomas. No se puede descartar que tumores detectados por cribaje, dado el lento crecimiento más habitual de muchos CP, no se hubieran convertido en CPs que amenazaran la vida del paciente. Además, se realizan biopsias y estudios complementarios que suelen culminar en tratamientos excesivos, con peajes en forma de problemas físicos, psíquicos, sociales y laborales.

Por otra parte, es cierto que el PSA ha permitido disminuir el porcentaje de mortalidad por CP, al detectarse y tratarse CPs agresivos antes de que se hubieran extendido fuera de la próstata.

O sea que nos encontramos ante un difícil dilema, no resuelto y que sigue siendo objeto de muchas polémicas entre partidarios y detractores del screening mediante PSA.

Mientras se hallan instrumentos más específicos de CP (con menos falsos positivos y falsos negativos), que el PSA, recomendamos:

  1. Que todo hombre con CP familiar se practique un primer PSA a los 40 años y, luego una vez al año.

  2. Igual proceder es recomendable en afroamericanos, y

  3. Que el resto de los hombres se lo planteen a nivel individual, dialogando con su médico sobre las ventajas e inconvenientes de determinarse su PSA.

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