Prevención del cáncer en personas mayores
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- 11/07/2019
- by Marketers Group
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¿Se puede prevenir el cáncer?
La mayoría de estudios coinciden en que alrededor de una tercera parte de los cánceres más frecuentes pueden evitarse mediante estilos de vida sanos, que luego definiremos. Como hemos señalado antes, entendemos por prevención aquellas medidas que evitan que el agente o agentes causantes de un cáncer se pongan en contacto con el individuo. Que ello es posible exige,
en primer lugar, conocer dichos agentes. Conocemos muchos: tabaco, alcohol, dieta equivocada, obesidad, sedentarismo, etc. La prevención del cáncer tiene mucho que ver con los estilos de vida. En mayo del 2016 se publicó un estudio en la revista JAMA Oncology en la que investigadores de Harvard examinaron la relación de tabaco, alcohol, peso corporal y ejercicio físico en 12.000 personas de más de 26 años, con bajo riesgo de desarrollar cáncer (ya que no fumaban, usaban muy poco alcohol, no eran obesos y hacían unos 150 minutos semanales de ejercicio físico de moderada intensidad o bien 75 minutos intensos). Los compararon con personas de edades semejantes que no cumplían estos requisitos. Observaron, en el primer grupo, una importante
disminución de la frecuencia de cáncer. Y como este, hay muchísimos ejemplos que nos permiten asegurar que el estilo de vida es un factor determinante en la aparición del cáncer.
Pero, en los mayores, ¿tiene sentido aplicar algún tipo de prevención?
Por supuesto. Si usted ha mantenido buenos hábitos durante su vida, ahora que es mayor debe mantenerlos, tanto para seguir disminuyendo el riesgo de cáncer como para reforzar su calidad de vida. Si no los ha seguido aun está a tiempo de disminuir el riesgo y mejorar su calidad de vida. Dejar de fumar, incluso en mayores de 60 años, disminuye el riesgo de cáncer de pulmón, aumenta la esperanza de vida y el riesgo de morir por tabaco se reduce de un modo significativo. Además, la calidad de vida, al dejar de fumar aumenta muchísimo.
Las personas mayores deben ser estimuladas e informadas para que dejen de fumar. Por otra parte, observamos que hoy en día los nietos pasan a veces más tiempo con sus abuelos que con sus padres. Si los abuelos fuman, probablemente los nietos también lo harán. Este es un motivo muy importante para que, aparte de la propia salud, los abuelos piensen en el bienestar de sus nietos y dejen de fumar.
¿Y el alcohol?
Argumentos semejantes podemos ofrecer en cuanto al alcohol. Sabemos que su uso excesivo aumenta el riesgo de cánceres de cabeza y cuello (de un modo especial en boca, faringe y laringe -estos más en los que también son fumadores), hígado, esófago, mama e intestino. Recomendamos abstenerse totalmente del alcohol.
No fume…
Dé ejemplo
a sus niétos.
No beba
alcohol en exceso.
¿Otras recomendaciones para la prevención?
Insistimos en la necesidad de mantener el peso adecuado a la estatura y del ejercicio físico moderado (andar tranquilamente al menos media hora cada día). La lucha contra el sedentarismo es una de las tareas sanitarias más importantes en el siglo XXI.
¿Y la dieta?
La dieta mediterránea se impone como otro gran factor en la prevención. Hace años, en el Sur de Europa la incidencia de cáncer era baja, comparada con la del Norte de Europa y la de Estados Unidos de América. Entre otras posibles diferencias destacaba la dieta mediterránea, que se ha demostrado como protectora del cáncer y de otras enfermedades. Cuando los países del Sur de Europa fueron abandonándola y pasando a dietas con exceso de proteínas de origen animal y escasa en frutas y verduras frescas, la incidencia del cáncer fue aumentando poco a poco.
Los abuelos deben retornar a la dieta mediterránea y proclamarla a sus nietos.
No se pase
de peso!
Muévase!
Pero con sensatez…
Coma sano!
Como antes…
¿Y la protección del sol?
Sabemos que el sol excesivo es causa fundamental del cáncer de piel. Conviene evitar tomar el sol de 12 a 16 horas, cuando es más intenso. Y protegerse con protectores adecuados. Aunque estudios recientes sugieren que el exceso de cremas y filtros solares en exceso (disueltos en las aguas del mar), provocan una imprevista contaminación marina con efectos letales. Por ejemplo, sobre los arrecifes de coral y otras especies. Por lo que lo mejor, respecto al sol, es evitar las horas de máxima intensidad y protegerse con ropas adecuadas. Y evite las llamadas cabinas de bronceado con objetivos estéticos, porque se ha demostrado sin lugar a dudas de que también aumentan el riesgo de cáncer de piel.
A pesar de estos progresos, las actitudes hacía el cáncer siguieron (y en cierta manera aún siguen hoy en día) siendo de miedo e incertidumbre hacía una enfermedad cuya causa no se sabe. Los mayores en nuestros tiempos aún tienen en sus memorias muertes de familiares cercanos y escenas de sufrimiento que quizás vivieron en su infancia o juventud y que son difíciles de erradicar,
pues han imprimido más su faceta emocional que racional. Esto marca en gran parte sus conductas ante esta dolencia.