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EL CÁNCER COMO ADJETIVO 

Desde FEFOC iniciamos hace años una línea educativa e informativa de temas sociales relativos al cáncer. Entre ellos, combatir su uso como adjetivo peyorativo. 

La sociedad había evolucionado tanto que ya no se usaban las enfermedades tabú como adjetivos para ofender  molestar o describir. Ya no se decía: ” El cáncer de las elecciones es la abstención o este tío es un esquizofrénico o un autista”. Pero despertamos, sólo era un sueño. “El paro es el cáncer de la economía “, ” El cáncer de las elecciones es la abstención”, y un larguísimo etcétera, dicen o escriben frecuentemente. Y ello duele, a pacientes, familiares, profesionales de la salud. Son 5.000 años, historia en mano, de cáncer y sólo 30 o 40 de curación. Esto explica en parte el tabú, pero hay más. Porque es una enfermedad que, a pesar del evidente progreso obtenido, aún carece de una explicación clara y definitiva sobre sus causas (muchos creen que es como la lotería); los tratamientos todavía son agresivos y no todos, desafortunadamente, curan. Estos son argumentos básicos por los que, después de miles de años , se siga usando la palabra cáncer como adjetivo . Lo verán pronto en las próximas elecciones europeas. Siempre alguien utilizará la palabra cáncer para describir o para insultar.

Desde FEFOC y la Escuela Internacional de Oncología (EIO) iniciamos hace años una línea educativa e informativa de temas sociales relativos al cáncer. Entre ellos, combatir en lo posible su uso como adjetivo. ¿Qué hacemos? Pues explicarlo a todo el mundo que nos escucha (estudiantes, profesionales, publicaciones y al público que acude a nuestras charlas). También escribimos cartas a las personalidades mediáticas que hagan un uso peyorativo del adjetivo cáncer. Dichas cartas reciben respuestas diferentes que podemos clasificar, sintéticamente, en tres categorías:

A) Aquellos, pocos afortunadamente, que se enfadan y dicen: ” Yo sé perfectamente lo que escribo”
B) Otros no  responden, pero observamos que dejan de utilizar el adjetivo cáncer.
C) Personajes que responden positivamente, reconociendo que, sin intención por parte de ellos, pueden haber dañado sensibilidades. Dentro de este grupo hemos tenido experiencias inolvidables, la más importante e impactante, la más reciente.

Se trata, nada más y nada menos, que del actual Papa, Francisco. El 4 de octubre de 2013 predicó en Asís. Dentro del sermón dijo textualmente: “El espíritu mundano es la lepra, el cáncer de la sociedad, que mata a la Iglesia….”. Dada la trascendencia mundial de su indiscutible rol de líder mundial, le escribimos el 5 de diciembre, explicándole el problema y pidiéndole, humildemente, que no utilizara la palabra cáncer como adjetivo.

Nos hemos llevado una gran sorpresa, no porque nos haya respondido, sino por la celeridad. En efecto, desde la Secretaría de Estado del Vaticano lo hicieron el 16 de diciembre, sólo 11 días después de nuestra comunicación! En la respuesta nos dicen, entre otras muchas cosas, que en nuestra carta al Papa Francisco le hemos hecho unas consideraciones personales que el Papa nos agradece, por este gesto de cercanía a su persona.

Perfecto. Lo escribo aquí para dar un testimonio más de una persona excepcional. Que con su gesto, sin duda, nos ayudará mucho a proseguir el duro camino de la normalización del cáncer. Espero que entre todos lo conseguiremos